August Rush
Por Guillermo Solís
La hija del reconocido director Jim Sheridan (Mi pie izquierdo), Kirsten Sheridan, se estrena como directora para filmar este drama familiar ambientado en el Nueva York actual y arropado por una estupenda banda sonora. Lo protagoniza Freddie Highmore, el niño de “Charlie y la fábrica de chocolate” y de “Descubriendo el país de Nunca Jamás”, que demuestra estar convirtiéndose en un gran actor.
August Rush cuenta la historia de un carismático joven guitarrista irlandés y una
sobreprotegida violonchelista, quienes comparten un encuentro romántico una mágica noche de verano en Nueva York. Debido a circunstancias desafortunadas, la joven pareja es separada tras este breve encuentro, dejando como única estela a un niño, August, huérfano por accidente. Ahora, August, de 11 años, se encuentra ganándose la vida como músico callejero, bajo la tutela del misterioso Wizard.
Pero August posee un talento musical excepcional, e intentará hacer uso de él para poder reencontrarse con sus padres.
August Rush es un deleitable y mágico cuento moderno, una fantasía en la que la música es el hilo conductor de la narración. Amena, emotiva y sencilla, la cinta se convierte en una propuesta ideal para los que huyen de las frías producciones que últimamente se están adueñando de la cartelera.
Estamos ante una historia tierna y conmovedora, de personajes dulces que mueven a
la compasión, y situaciones que buscan la lágrima y la emoción. La trama se centra en la necesidad de la familia para alcanzar la felicidad, en la búsqueda de los padres o de la persona amada, y también en la explotación del talento de los niños prodigio por parte de gente sin escrúpulos. Por su parte, el guión está construido de manera convencional y no oculta en ningún momento su previsibilidad, pero es que la película hay que verla como un cuento contemporáneo, complaciente y con mensaje, y entonces cobran sentido las múltiples licencias que se toma y el final feliz.
Por supuesto, la banda sonora es uno de los aspectos más cuidados de August Rush,
tanto por las canciones que expresan los sentimientos de los protagonistas como por la música original que ha escrito Mark Mancina. Incluso consiguió una nominación a la mejor canción original en la pasada entrega de oscares. Así, se puede afirmar que los mejores pasajes del filme son aquellos en los que no son los personajes los que hablan, sino las notas que envuelven sus gestos, expresiones y miradas. El compositor introduce el tema central de la partitura desde el comienzo del relato, pero lo hace de una forma sutil para luego ir desarrollándolo según avanza el aprendizaje de Evan, desembocando todo ello en unos soberbios minutos finales en los que la rapsodia de August Rush se erige en la verdadera estrella de la función.